|
Experimental Jetset, ProvoStation, exposición en GFZK Galerie für Zeitgenössische Kunst, Leipzig, 2016 |
La práctica de los holandeses
Experimental Jetset participa de un grado de materialidad y aspecto factual a
reivindicar en el diseño. El diseño y las artes gráficas: esa feliz comunión. En
esta praxis, existe una voluntad por mostrar el lado físico de la impresión a
través de técnicas como el plegado, la incisión, el troquelado, la
encuadernación, el encolado, etc. Printed
matter significa materia impresa, donde la presión de una plancha sobre una
superficie deja marcas visibles. Hay una alta auto-consciencia del soporte (ya
sea papel, pared, pantalla).
Los medios sobre los que aplicar el
diseño son posters, tarjetas, folletos, libros, portadas, banners y displays,
estructuras o arquitecturas, T-Shirts, LP’s… Su renuncia a utilizar imágenes (en
un mundo hipersaturado de ellas) está en la prevención y en los peligros de
producir ilusiones ópticas o visuales. Limitándose al lenguaje, tipografía,
materia, color y forma logran enfatizar el lado factual (fáctico) del diseño
gráfico. “A thing is a thing…” No es difícil ver aquí la lógica recíproca
(materialista) de la producción: el mundo nos formatea al mismo tiempo que
nosotros lo formateamos en una corriente continua y sin fin. ¡La Historia
misma!
En este proceso se incluye una industria
actualmente sumida en una profunda crisis: la imprenta (o lo que antes se
denominaban artes gráficas). La crisis de la imprenta no está únicamente en las
dificultades sobrevenidas por la sacudida de la crisis económica y la burbuja
de la especulación con el papel. Durante años, décadas, los gobiernos
provinciales y las instituciones vieron la posibilidad de cargar a las
imprentas volúmenes en cantidades absurdas o literalmente cargar cantidades de
dinero inexistentes. Con la crisis, desde mediados de la década pasada (y en
España) esto cambió radicalmente, y las antiguas beneficiarias pasaron a pagar
los platos rotos por otros, políticos y responsables de cultura ineptos.
Imprimir en papel es una acto de responsabilidad aún asumiendo la propia
corrupción en la industria papelera.
La imprenta y las artes gráficas también
se han visto sacudidas por la digitalización de las cosas y el mundo. En
alusión a Experimental Jetset, su activismo va más allá de esta dualidad entre
lo analógico y lo digital. Su tarea es politizar el diseño gráfico. Una
revolución en el diseño gráfico no puede hacerse sin la complicidad de otros
agentes; la imprenta. Una industria que mantiene vínculos con la herencia, el
relevo generacional y que por ello, es todavía excesivamente masculina. Feminizar
las imprentas y las artes gráficas es una necesidad imperiosa en esa labor, La
relación entre editores, diseñadores e imprenta gráfica se antoja fundamental.
En un ensayo referencial para Experimental Jetset puede leerse:
“Hasta hace muy poco tiempo, para los
intelectuales era indispensable poseer conocimientos sobre técnicas de
impresión y funcionamiento de una imprenta pues nunca delegaban dicha labor en
otros y preferían ser sus propios redactores, copistas, correctores,
diseñadores y administradores”. Son palabras de Régis Debray en su ensayo, “El
socialismo y la imprenta. Un ciclo vital”. (New
Left Review nº 46, sep/oct 2007). Aquí Debray se refiere a socialistas
históricos como Jaurès o Blum, pero es válido para cualquier otra persona.
|
Asier Mendizabal, R, M, L, U, F (Stencil), 2007 |
La imprenta y las artes gráficas son
fundamentales en periodos de lucha política pues de ellas depende el activismo
y también la propaganda. Lo primero que se requisa en cualquier conflicto son
las imprentas, y si estaban al servicio de una ideología, acto seguido de ser
requisada, se ponen al servicio de la otra ideología. Es la historia de España,
por ejemplo. Pero la pasión que generan las imprentas no es solo cosa de la
izquierda. La derecha también tiene su parte. Pensemos en el vanguardista
primero, y fascista después, Ernesto Giménez Caballero, Gecé, vestido con su mono de operario azul y sus estrafalarios monóculos
romboidales, en la imprenta de su padre, imprimiendo La Gaceta Literaria en 1927. Su elogio de la imprenta, esa
industria de “hombres que hacen sudar a las máquinas”.
Las imprentas son espacios amenazados por
la pérdida de equilibrio (económico, de calidad, de sentido…). Las imprentas son
lugares desde construir identidades colectivas. Quedan las palabras de Debray:
“La desgracia de
los revolucionarios consiste en haber heredado algo más que el resto de la
gente. La palabra escrita es vital para estos transmisores de la memoria
colectiva, en la medida en que sus herramientas analíticas se forjan en sus
tradiciones. Las ideas no se trasmiten automáticamente: de hecho existen
momentos históricos más o menos propicios para transmitir abstracciones, al
igual que nos encontramos con mejores y peores conductores de electricidad. El
acto revolucionario par excellence
irrumpe desde un sentido de nostalgia, de vuelta a un texto olvidado, a un
ideal perdido. Tras la “re” de reforma, república y revolución (o de
repetición, reinicio y relectura) siempre hay una mano que vuelve las páginas
de un libro, del final al principio. Por el contrario, el dedo que oprime el
botón de avance rápido de una cinta o de un disco nunca supondrá un peligro
para el establishment”.