Revista
Bauhaus nº 4. 1928. Dirigida por Hannes Meyer. Fotografía. Lotte Beese. |
El carácter sincrónico o diacrónico de las vanguardias artísticas forma parte del relato de la modernidad estética. En el texto Die Neue Welt (1926), la proclama sobre el nuevo mundo (la mecanización, la sociedad de masas, el progreso…), el posterior director de la Bauhaus, el suizo Hannes Meyer, hablaba de las posibilidades de transformación a partir de la revolución en las comunicaciones, el transporte y las nuevas redes de energía. Un mundo cada vez más conectado emergía al mismo tiempo que un cambio en los modos perceptivos alteraban la imagen de los centros urbanos. Esta transformación semiótica del entorno fue capturada por el “ojo” fotográfico. Por ejemplo, fueron recurrentes para muchos artistas de distintas latitudes algunas tipologías fotográficas. Una de ellas tenía como motivo principal la grúa en perspectiva como gráfico del nuevo mundo. Meyer tomó al menos una imagen de una grúa. En este mundo cada vez más interconectado la forma de la revista tuvo un protagonismo fundamental. Las revistas viajaban y contribuían a aquello que en la Documenta de Kassel XII se denominó como “la migración de las formas”.
La revista Bauhaus fue una de estas
correas de transmisión de la vanguardia funcionalista. Mientras que para Gropius
la arquitectura era una disciplina principalmente masculina, para su sucesor
Meyer, era más del orden de la colaboración, pues sólo a través de ésta era
posible la transformación social. Meyer fomentó el uso de la fotografía entre
los alumnos de la escuela fortaleciendo así la camaradería entre alumnos
primero, y entre estos y los profesores. El uso social, lúdico, de la
fotografía era entonces una herramienta para la colectividad. Esta imagen
reproducida en el nº 4 de la revista Bauhaus de la arquitecta Lotte Beese da
cuenta de este uso social y esta camaradería. “Jóvenes, ¡venid a la Bauhaus!”
La revolución y la transformación del punto de vista, ahora circular, en
infinidad de perspectivas o como vistas a través de un ojo de buey, es ahora
una cuestión radicalmente formal. Una forma que viajaba sin complejos a través
de las revista. La siguiente imagen, un collage como anuncio del recién inaugurado
Studio Labayen/Aizpúrua en una
revista en San Sebastián sirve a modo de testimonio de esta migración de la
forma. Los rostros de los estudiantes de la Bauhaus son ahora edificios
holandeses y el propio edificio de la Bauhaus fotografiado por Lucia Moholy, en
una simbiosis entre fotografía documental y refotografía de revista practicada
en la época por el arquitecto Aizpúrua. El carácter lúdico sigue estando ahí (y
en otras fotografías que Aizpúrua comenzará a tomar a partir de ese momento). Sincronías de la vanguardia.
Fotomontaje José Manuel Aizpúrua, San Sebastián,
revista Novedades nº 392, septiembre de 1928.
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