12/30/2015

12/28/2015

Un recuerdo de Kelly

Propuesta para la Zona Cero de Nueva Tork por Ellsworth Kelly. Intervención en una hoja de periódico, 2013. 

Un recuerdo de mi época de estudiante es un número monográfico de una revista (francesa y cuyo nombre no recuerdo) dedicado a Ellsworth Kelly (1923-2015). Mi momento Kelly. La sonoridad y seducción de un nombre, Ellsworth, pronunciado con gusto. Pero imitar a Kelly no se podía. Nadie podía.

Kelly era entonces un artista consagrado y el tiempo y el mercado se encargaron de consagrarlo aún más. Mi interés por Kelly estaba en la posibilidad de un reduccionismo pictórico “sensible” pero aún conceptual. La geometría blanda del artista norteamericano, una forma geométrica sacada del esquema de una planta, por ejemplo, era una solución a la rigidez del Minimalismo más ortodoxo. En los noventa Kelly era un artista consagrado, el tiempo pasó y el mercado se encargó de consagrarlo todavía más. Hoy su muerte es noticia, y un repaso a su trayectoria y estética nos devuelve una obra y un legado a perdurar. ¿Quién ha dibujado mejor plantas y flores?

Pero Kelly no es solamente una figura a destacar en los campos de la pintura y la escultura, también un pionero de eso que en este blog denominamos “estilo”. Un pionero de un modernismo tardío como lo son Susan Sontag y Jean-Luc Godard, adalides del “estilo”. La paleta y combinación de color de Kelly y sus formas simples tienen correlación en las esferas del diseño, la arquitectura y la moda. En 2001 el colectivo de diseño Experimental Jetset le dedicó un homenaje en una exposición en Casco Projects, Utrecht. Cogieron la famosa pintura del norteamericano Blue, Green, Yellow, Orange, Red de 1966 y la reprodujeron en una de las paredes de la exposición a partir de A-4 de colores. Al mismo tiempo publicaron un libro con todas esas hojas A-4. Se trataba de un “cover version” o lo que en lenguaje musical (en la música pop) es una versión que se hace para homenajear a un artista o un tema. Ver más información aquí.

Experimental Jetset, Ellsworth Kelly 1=1 en Casco Projects, Utrecht, 2001.


La adscripción rigurosa pero juguetona del diseño gráfico de Experimental Jetset es afín al reduccionismo y paleta de colores de Kelly. La función del diseño necesita de una estética. Es en sí mismo una forma de estética. El modernismo tardío de Kelly recupera el sentido del color y la forma de Max Bill y sus predecesores modernos pero abandona la necesidad de ceñirse a un “programa” funcionalista. Su arte es ideal para “decorar” una plaza dentro de un entorno corporativo o el lobby de una corporación al mismo tiempo que se disfruta de una obra de arte en el museo. Esta función del arte en la reconstrucción estética del entorno no es ya un elemento dentro de la lógica transformadora de las utopías vanguardistas (de la Bauhaus a De Stijl) sino un efecto de superficie que lejos de parecer banal se filtra por las rendijas de la visualidad semiótica de lo cotidiano. La función social es entonces una función principalmente estética que cualquier persona puede apreciar, disfrutar. No se trata de la democratización de lo estético, sino la cualidad del arte para generar por sí mismo una plusvalía, una experiencia visual, retiniana, en definitiva, estética.



La relación de Kelly con la cultura francesa se remonta a su juventud, a los años vividos en París en su periodo de formación después de la Segunda Guerra Mundial. De la influencia de esos años es el vestido, inequívocamente de estilo francés, que posteriormente ha servido para una colaboración con Calvin Klein e influencia para diseñadores de moda. (La moda siempre mira al arte cuando se trata de mezclar colores y patrones). Lo bueno de Kelly es que incluso ya octogenario siguió innovando y siendo un referente para artistas jóvenes modernólogos, como por ejemplo a partir de las intervenciones sobre postales o directamente en hojas de periódicos. Lo cual significa que su estética ha permanecido a lo largo de generaciones. La muerte de Kelly es hoy motivo de recuerdo y educación sentimental.


12/23/2015

Contenedores de todo

 

Contenedores de todo.

(Fragmento)

“Éste es el marco en el que se desarrolla la temporada 2 de la célebre serie de televisión The Wire, centrada en la ciudad de Baltimore, para la que muchos fans es la mejor de las cinco temporadas. La investigación policial se centra en la aparición de un número de prostitutas de Europa del Este muertas “dentro de una lata”, en la que tráfico de esclavitud sexual detalla la decadencia de la labor portuaria. El polaco-americano Frank Sobotka, carácter entrañable, líder y activista principal del sindicato de trabajadores del puerto emerge entonces en toda su latencia utópica: su complicidad con el crimen organizado y contrabando de “mercancías” es el precio que debe pagar para que todo el dinero manchado de sangre que recibía se usara, legal o ilícitamente, para ayudar a que la actividad portuaria se mantuviera y hubiera trabajo para los estibadores. Desde su cuartucho de oficina en el puerto, la moral y la ética de Subotka quedó resumida en la frase: “sabíamos que teníamos que hacerlo aunque también sabíamos que estábamos equivocados”. Sobotka es un personaje utópico en la Tragedia griega que es la temporada 2”.

Leer más, en El Estado Mental.


12/16/2015

Pop político: Electronic



La fusión de dos  talentos como Johny Marr y Bernard Sumner dio lugar a Electronic, uno de los grupos más subvalorados de las últimas décadas y para el que esto escribe una de las cumbres del techno-pop desde los 90. Los proyectos paralelos de los otros miembros de New Order (Hook con Monaco, Morris y Gilbert con The Other Two) no pueden competir con el hedonismo y buen hacer de Sumner quien, sumando el talento del guitarrista de The Smiths, presento en 1993 lo que puede ser considerado uno de los mejores álbumes de dance-electrónico alternativo. El primer álbum de Electronic, del mismo título, es una sucesión de gemas como “Idiot country”, “Get the message” y un par de temas escritos conjuntamente por Neil Tennant de Pet Shop Boys, “Getting away with it” y “The Patience of a Saint”. Tennant pone la voz para ambos, el primero una canción coral con Bernie.

Pero el mejor tema de la colaboración con Tennant es “Disappointed” un B-Single publicado en 1992 que puede verse ahora como un tema al más puro estilo de los PSB. Pero es Electronic. Un grupo a reivindicar entre los más genuinos e imperecederos.



12/15/2015

El precio de endulzar el café (intervención)

Dentro de La Gran Conversación, antesala del proyecto Estimulantes: Circulación y euforia. 12 de diciembre, Tabakalera, Donostia. Moderado por Oier Etxeberria y Olatz González.

Sección: Azúcar

Quería comentar el título que está inspirado en la película Queimada/ Burn, de Gillo Pontecorvo (1969). En el filme la caña de azúcar es el origen para un retrato del imperialismo y de los movimientos de independencia contra las colonias. Primero los indígenas, en realidad esclavos negros traídos desde Africa pues los colonos tuvieron que aniquilar a los nativos para hacerse con el control de la isla, y de los criollos después, contra sus amos y del imperio. Una isla ficticia del Caribe. El imperio se ve que está en manos de las grandes corporaciones; la Royal Sugar Company controla Queimada, y no el Imperio Británico o el Portugués. Una alusión al hecho de que nadie desea tomar el té sin azúcar (en esas casas del café que prosperaron en el siglo XIX y que es el detonante de la esfera pública y la crítica de Habermas) es el detonante para que Marlon Brando, William Walker, vuelva a Queimada a sofocar la revolución que él mismo impulsó años antes.

En el capitalismo un producto o una comodidad va siempre asociada a otra, creando un sistema de relaciones. Un producto, el azúcar, va relacionado con otros como el café o el té. En estas jornadas, las relaciones e interrelaciones entre sustancias, estimulantes, resulta en sí mismo “estimulante”. Todos estas sustancias están relacionados con las antiguas colonias en la época del imperialismo. Los intereses económicos de las potencias coloniales estaban centrados en el descubrimiento y el usufructo de “nuevos” territorios y sus materias primas.

La creación de un sistema o una totalidad; un producto o situación que combine los cuatro. Tabaco, azúcar, café, cacao. Parece que hemos comprobado que sí es posible juntar los cuatro.

La relación entre el café y el azúcar es un asunto del día a día. Una microrrelación cotidiana. Un lugar para los microrelatos. Café sí o no. Con o sin azúcar, y qué clase de azúcar. Una cuestión de decisiones o una microfísica a lo Foucault.

Quería hacer una incursión en otro estimulante y comentar la escena del café en Kuhle Wampe o ¿Quién es dueño del mundo? (1932) de Slatan Dudow y Bertolt Brecht. La única incursión de Brecht en el cine y un ejemplo de teatro épico en el cine. Es el epílogo de la película. Escena en un tren en Alemania. Un pasajero lee el periódico en voz alta sobre el incremento del precio del café, el grano, una noticia proveniente de otro lugar del mundo. Un debate entre extraños sobre el mercado mundial del café describe las diferentes clases sociales: los jóvenes idealistas y revolucionarios, el neutral, el burgués, dos amas de casa… el debate se torna crudo pero en términos razonables, todos intervienen. La insatisfacción de la clase trabajadora se incrementa. ¿Quién puede cambiar el mundo? “Los que no están satisfechos”.


El azúcar, el café, ejemplifican como nada las relaciones entre el fragmento y la totalidad en el actual sistema global. Muestran la totalidad ausente. Lo micro y lo macro.
(Leer mi Meditación sobre el café en El Estado Mental).
El capitalismo se caracteriza por borrar las huellas de sus devastadoras acciones sobre los seres humanos y la naturaleza en beneficio de pequeñas e imperceptibles ganancias o comodidades en la esfera del consumo de las sociedades occidentales.

En Queimada, el azúcar sirve como metáfora de la relación entre el dominante y dominado. Relación entre William Walker y José Dolores; la comunicación entre ellos es a través de la bebida. El inglés Wiskhy (de la malta) / el nativo Ron (de la caña de azúcar). En dos ocasiones intercambian esta bebida. Pero no consigue gustar ni a uno y a otro.

El grado de refinamiento del azúcar puede ofrecernos un indicativo de la explotación que hay detrás. Del blanco al llamado “moreno”. En una sociedad edulcorada, el azúcar y sus sustitutos están presentes en todas partes. Sin embargo, el azúcar escapa a la publicidad. Nadie anuncia azúcar. Su visibilidad y su invisibilidad máxima es uno de sus rasgos.

En la vida cotidiana el azúcar está muy presente, también en la búsqueda de alternativas. La sacarina es un edulcorante sintético de laboratorio. Baja en calorías, etc.
¿Es cuanto menos refinado mejor? ¿Y el azúcar moreno? Pienso en Black Sugar, Rolling Stones, 1971. Un tema que mezcla de forma polémica y escandalosa los imaginarios de la esclavitud, la sexualidad, los campos de algodón y el sadomasoquismo y que es un tema políticamente incorrecto si no racista y sexista.

También tenemos el sirope de agave (la planta mexicana de la que se extrae el Tequila). La Panela (también conocida como piloncillo, raspadura, rapadura, atado dulce, panetela, tapa de dulce, chancaca, agua dulce). La stevia. El futuro es de la stevia, por su gran capacidad endulzante.

Todos estos estimulantes son el producto de la modernidad y crecieron al ritmo de la modernización, esto es, a través de la aceleración de la experiencia y la conquista de lo cotidiano. La modernidad consistió en un proceso de universalización a expensas de las diferencias. Me pregunto si en el capitalismo tardío o en la posmodernidad (literalmente en nuestro tiempo) estos estimulantes son necesarios para alcanzar un grado de lucidez e inteligencia, inspiración o, por el contrario, se impone su dieta o más bien su contrario, los tranquilizantes, calmantes, relajantes. (24/7. Late Capitalism and the Ends of Sleep. Jonathan Crary, sobre los fines del sueño y la conquista del sueño).

Hay una estrecha relación entre ambas, una retroalimentación entre la necesidad de consumir el café que nos despierte por la mañana y el relajante después de comer para poder llegar a la hora de sueño. La principal fuente de excitación estimulante hoy en día son las pantallas, y el régimen abierto 24/7. No el café, el tabaco, mucho menos el azúcar y el cacao. Esos son antiguallas “modernas”. Ahora estas sustancias estimulantes aparecen camufladas, travestidas, en los modos de subjetivación neoliberal. Pensamos en los refrescos y las chuches como ejemplo máximo de la edulcorización de la sociedad, pero fijémonos en el mercado de las barritas energéticas, bebidas isotónicas y geles que están presentes en esa actual profesionalización del deporte y que vemos en los ultrafondos, maratones y triatlones sin fin. Deportes de la performance que necesitan de la endurance, de la energía de la glucosa.

¿Quién compra todavía azúcar en el supermercado? ¿Acaso no es el azúcar la plusvalía que te regalan y que está incluida en el precio del café?